domingo, 1 de mayo de 2011

REFLEXIÓN SOBRE EL TERROR

Desde la antigüedad, la historia ha conocido numerosos genocidios (algunos de ellos no tan lejanos en el tiempo). Pero sólo a partir del exterminio de los judíos europeos por los nazis, se sintió la necesidad de inventar una forma nueva de crimen, el “crimen contra la humanidad”, como reconocimiento de que el mal había alcanzado un grado que hasta entonces no se había concebido.

La pregunta que debemos plantearnos al acercarnos al tema de los campos de concentración, el Holocausto y el terror nazi es bien sencilla: ¿Podemos extraer concepciones morales, como tolerancia, convivencia, comprensión, coexistencia, etc., a partir de lo que hemos aprendido de estos hechos? Probablemente, la respuesta sea que no, sobre todo, porque la lista de genocidios no ha cesado de incrementarse en los últimos años. Pero no por esto podemos (o debemos) olvidar que el Nacionalsocialismo fue un hecho singular.

A pesar del gran número de artículos, libros, películas, exposiciones, debates y todo tipo de actividades y pedagogías que se han desarrollado alrededor del tema del Holocausto y los campos de concentración, sólo es un intento para ayudarnos, porque aún no entendemos plenamente este fenómeno, después de tantos años.
El Holocausto, eso sí, se ha expandido desde la esfera privada de los medios de comunicación y se ha extendido entre la población: sólo hemos de analizar el éxito de películas como “La lista de Schindler”, “El pianista”...





Ya se cumplen un poco mas de 65 años de la liberación de Auschwitz y del resto de campos de concentración y del final del terror nazi.Cada día es adecuado para el recuerdo y, sobre todo, para la reflexión.





El hombre vive de sueños, construye permanentemente castillos de arena para albergarlos, por eso se nos ha permitido soñar en un mundo sin guerras, en un mundo de paz, donde todos los seres humanos podamos edificar con bases sólidas un mundo mejor para dejarlo a futuras generaciones

Es mi deseo y mi esperanza , que todos los días, al alumbrar el sol, nos avive el deseo de ser mejores como personas, como comunidad, como humanidad, para que podamos comprender que la justicia no es venganza, que la tolerancia no es pasividad, pero que sin justicia, sin seguridad, nunca habrá paz. Y que alguna vez los seres humanos seremos capaces de construirla en esta gran comarca que llamamos Tierra y la que habitamos todos como seres iguales…

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